¿Puede un mordisco atrapar tantos recuerdos? Puede. Apoyada en la puerta de la cocina cierro los ojos y disfruto de aquel verano en el que no lo sabía, pero era feliz. ¿Por qué necesitamos que pase el tiempo para valorar lo que hemos perdido? Es ahora cuando comprendo y echo de menos aquellos días de despreocupación, de sol intenso quemándome la piel, de lecturas vanales llenando las horas de mis días estivales, sin más anhelo que un nuevo día sin más...
Aquel sabor auténtico a manzanas recién cogidas del árbol, ha vuelto esta tarde lluviosa de invierno y mi paladar ha saboreado la nostalgia de otros tiempos... Quizás no tan felices... Ya sabemos que la mente a veces nos juega malas pasadas y distorsiona la realidad... más aún si ésta se remonta varias décadas atrás... ¿Puede un mordisco confundirme tanto? Puede.
¡¡¡¡¡Feliz domingo!!!!!
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