miércoles, 8 de mayo de 2013

Los cambios deben empezar por ti...





Cuando yo era joven y libre y mi imaginación
 no tenía límites, soñé con cambiar el mundo.

A medida que envejecí y me hice más sabio
me di cuenta que el mundo no cambiaría.

Entonces, decidí limitar mis sueños un poco y
cambiar solamente a mi país. Pero éste parecía inamovible.

Cuando entré en mi vejez, en un último y
desesperado intento, busqué cambiar solamente
a mi familia, los más cercanos a mí, pero no,
a mi pesar, ellos no querían saber nada.

Y ahora me encuentro aquí, en mi lecho de muerte,
y acabo de comprender (quizás por primera vez)
que si tan solo me hubiese cambiado primero 
a mí mismo, entonces con mi ejemplo hubiese
influenciado a mi familia y con su aliento y
apoyo podría haber mejorado mi país, y quién
sabe, si hasta hubiese cambiado el mundo.

Un Obispo Anglicano.


2 comentarios:

  1. Yo he ido aprendiendo esa verdad poco a poco. Nada, ni nadie cambia si tú no lo haces antes.
    Es nuestra actitud y nuestra forma de funcionar lo que permite que las de los demás sean como son, así que si queremos mejorar hay que empezar por hacerlo uno mismo.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Nos complicamos demasiado y cuando simplificamos un poco nos damos cuenta lo simple que es la vida. Gracias por seguirnos. Bsinos.

    ResponderEliminar